jueves, 9 de junio de 2011

Una investigación científica afirma que la fíbula de Preneste y su inscripción son auténticas

Foto: La fíbula de Preneste S. VII a. C.  Roma.

Vía: laRepubblica.it | Giovanni Gagliardi| 5 de junio de 2011 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)

Investigaciones científicas realizadas por "La Sapienza" (Universidad de Roma) y el Consejo Nacional de Investigaciones (CNR) han confirmado la autenticidad de la preciosa fíbula etrusca y la de su inscripción, la evidencia más antigua de la lengua latina.

¿Verdadera o falsa? El caso de la fíbula Prenestina, expuesta en el Museo Nacional de Etnografía "Luigi Pigorini", ha quedado finalmente resuelto. La autenticidad del precioso broche, datado en el siglo VII a. C., y de su inscripción, considerada la evidencia más antigua de la lengua latina ha sido confirmada por estudios científicos realizados por Daniela Ferro, del Instituto para el Estudio de Materiales Nanoestructurados (ISMN) del Consejo Nacional de Investigación, y por Edilberto Formigli, restaurador y profesor de la Universidad "La Sapienza" de Roma y Florencia.

La fíbula, hallada en Palestrina, la antigua Praeneste, había sido objeto de un intenso debate sobre su autenticidad y contexto desde su lanzamiento oficial en 1887 por el arqueólogo alemán  Wolfgang Helbig (foto a la izquierda).

Los dos especialistas, que durante años han llevado a cabo análisis multidisciplinares sobre la tecnología y la orfebrería antigua, han presentado hoy, en el Museo 'Pigorini', los resultados de la investigación micro-analítica realizada en el laboratorio del Departamento de Química de la Universidad de Roma con el microscopio electrónico de barrido.

La joya de oro, de 10,7 cm de largo, y datada en torno a la mitad del siglo VII a. C.,tiene, en la parte exterior del soporte, la inscripción "Manios med fhefhaked Numasioi"; en latín clásico: "Manius me fecit Numerio", esto es, "Manio me hizo para Numerio", el más antiguo testimonio de la lengua latina que ha sobrevivído.

"El estudio de una reliquia", dice Daniela Ferro, del Ismn-CNR, "requiere la elección de métodos de análisis no destructivos y no invasivos. El uso de la microscopía electrónica de barrido, acompañada con microsondas electrónicas de rayos X de dispersión de energía, permite observaciones de alta resolución de la superficie y, al mismo tiempo, adquirir datos sobre la composición química de sus elementos. En particular, la fíbula ha sido estudiada con un instrumento equipado con una cámara que le permite moverse ampliamente sobre el objeto e investigar todas sus partes sin dañarlo".

El equipamiento científico ha permitido establecer la metodología y composición en la misma antigüedad que la datación previamente asignada al broche, a pesar de los intentos de limpieza y abrasión de los últimos siglos. De hecho, a pesar de que con el oro aún no se han encontrado métodos de datación, ahora sabemos que algunas técnicas de orfebreria habían alcanzado un alto grado con los etruscos y existen numerosos estudios hoy en día que describen sus características.

"Es un artefacto de alta joyería, hecha en la parte del soporte con una lámina de alto contenido en oro, un material dúctil para ser grabado con la punta de una aguja", añade la investigadora. "La inscripción se realizó de la misma manera. También han sido identificadas las reparaciones llevadas a cabo antiguamente, como la presencia de un pan de oro para ocultar una pequeña fractura, mientras que el uso de amalgama de oro para fortalecer la parte móvil de la lengüeta (es decir, la punta ndr) podría ser reciente. Es poco probable que un falsificador operase en la particularidad de su procesamiento y usara aleaciones de oro en un período donde el conocimiento de los procedimientos de orfebrería etrusca no eran particularmente conocidos en detalle, por lo que no podría haberlos conocido salvo con sofisticadas herramientas tecnológicas disponibles sólo hoy en día".

Vía: laRepubblica.it | 5 de junio de 2011

La fíbula de Preneste: un siglo de debates.

El preciosos broche fue objeto de largas discusiones acerca de su autenticidad y también de vicisitudes atormentadas.

Fue presentado oficialmente por primera vez por el arqueólogo alemán Wolfgang Helbig en 1887. El investigador afirmaba haberla comprado a un amigo en 1876, y señaló como lugar del hallazgo la tumba Bernardini. Un sepulcro principesco, descubierto en 1851 y excavado desde 1871, cerca de la antigua ciudad de Praeneste, la actual Palestrina.

A continuación, la fíbula Prenestina fue donada en 1889 al Museo Nacional Etrusco de Villa Giulia por el anticuario Francesco Martinetti, quien la compró probablemente a Helbig. En 1900 fue transferida al Museo Nacional de Prehistoria, Etnografía y Kircheriano, del Colegio Romano, uniéndola al inventario de restos de la tumba Bernardini, una tumba principesca del periodo orientalizante descubierta en Palestrina en 1876. La pertenencia de la fíbula a la tumba Bernardini no era, sin embargo, segura.

En 1960 el conjunto de restos de esta tumba fue trasladado al Museo Etrusco de Villa Giulia, mientras que la fíbula permaneció en el Museo de Prehistoria y Etnografía. El 27 de noviembre 1979 estalla un verdadero "caso": la fíbula de Preneste es declarada una falsificación. La erudita  Margherita Guarducci (foto a la izquierda), en una reunión de la Accademia de Lincei, niega la autenticidad de la pieza argumentando que la inscripción se hizo en Roma a finales del siglo XIX por el mismo Wolfgang Helbig.

Arqueólogos, epigrafístas y lingüistas se agitan. Las reacciones son inmediatas y vivaces, tanto en apoyo de la autenticidad del objeto y de la inscripción, como en apoyo de la falsedad de la inscripción, grabada en la edad moderna. Mientras tanto, en los libros de texto no se menciona la inscripción de la fíbula.

Al final de los años ochenta Edilberto Formigli estudia  la estructura física de la fíbula y confirma su autenticidad. No obstante, para algunos lingüistas seguía habiendo dudas sobre la inscripción.


domingo, 5 de junio de 2011

Un templo para los dioses y el comercio en La Vila prerromana.


 
 Durante quinientos años, entre los siglos IV a. C. y I d. C., el santuario íbero que coronó el Tossal de la Malladeta de La Vila Joiosa, fue un centro activo de cultos religiosos y transacciones comerciales del Mediterráneo, como demuestran las miles y miles de piezas halladas entre las estructuras de piedra que hoy se conservan. 

Esta es una de las conclusiones de la investigación internacional, liderada por arqueólogos franceses y españoles, que, tras seis años de excavaciones y trabajo de laboratorio, ahora remata los análisis de las últimas piezas para publicar su memoria científica, según informó ayer el arqueólogo municipal de La Vila y codirector del proyecto, Antonio Espinosa. 

Los trabajos de investigación comenzaron en 2005 con la colaboración de la Université París X, la Maison René Ginouvés, la Universidad de Alicante, el Ayuntamiento vilero y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, que financia la práctica totalidad del proyecto con alguna aportación del Consistorio local, así como con el apoyo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid.

El templo estaba dedicado a la "Diosa Madre", de la que se desconoce el nombre, pero que "era símbolo de la vida y la muerte, de la fertilidad y la lluvia, la madre de todo" para los moradores prerromanos de La Vila, según explicó Espinosa. De esta diosa, se han encontrado numerosas representaciones en terracota y cerámica, la mayoría, quemaperfumes (cabezas huecas en cuyo interior se quemaban resinas y hierbas aromáticas) "con representaciones de aves y pajaritos en la frente, que representaban al ser monstruoso o real que se llevaba al espíritu de una persona al otro mundo", detalló el arqueólogo. 

En el yacimiento, se han hallado también esculturas de busto redondo de hasta medio metro de tamaño con esta representación femenina y otros restos relacionados con el culto a la diosa; pero también, miles y miles de fragmentos de ánforas, platos, copas, ollas, tinajas o lámparas de aceite, entre otros restos de cerámica. 

Santuario con función mercantil
 
"Muchos de los fragmentos son muy raros", señaló Espinosa, por ejemplo, los restos de ánforas y copas para vino del siglo II y I a. C. procedentes de Ibiza, ciudad dominada por los Jónicos y con la que había una fuerte relación comercial. "Se comprueba que los santuarios no sólo eran templos de culto religioso, sino que tenían una función comercial muy importante", destacó el arqueólogo. 

El santuario íbero del Tossal era el lugar en el que se firmaban los acuerdos mercantiles, explicó Espinosa, de hecho han aparecido pequeños fragmentos con inscripciones de alguno de esos contratos. "El santuario era un puerto comercial donde los funcionarios, los sacerdotes, que eran quienes sabían escribir, redactaban los acuerdos comerciales". Estos que tenían "carácter sagrado y no se podían violar porque sería un sacrilegio" contra la Diosa Madre, relató. Esta actividad comercial ha hecho que se hallen en el santuario restos de hace dos mil años de objetos llegados desde Italia, Francia, toda la Península Ibérica o el Norte de África. 

El CSIC analiza, actualmente, un grupo de piezas de terracota de la Diosa Madre mediante rayos X, para averiguar la procedencia de cada uno de los objetos desde diferentes puntos del Mediterráneo.

El "yacimiento Cenicienta" vilero al fin encontró hada

El director del Museo de La Vila y codirector del proyecto de investigación del yacimiento del Tossal de la Malladeta, Antonio Espinosa, destacó ayer que este enclave se conocía desde siempre pero había estado aparcado a la espera de un proyecto que lo rescatara del olvido.
"Siempre lo tenía considerado como el "yacimiento Cenicienta" de La Vila", destacó Espinosa quien explicó que el espacio "se ha estado erosionando mucho" a lo largo del tiempo dada "la elevada inclinación de las laderas" y por ser un lugar muy frecuentado, ya que, entre otras cosas, es "donde van todos los vileros a tomar la mona"


Sin embargo, al enclave prerromano "se le apareció su hada madrina en forma de Instituto de Investigación Arqueológica y Etnológica de París, que cuenta con 300 investigadores" y cuyo profesor, Rouillard, codirector del proyecto, se interesó de inmediato por el yacimiento que Espinosa tenía como asunto pendiente. El Instituto aportó todos los fondos necesarios para sacarlo de su estado de deterioro y de su letargo histórico financiando prácticamente las cinco campañas de excavaciones y los dos años de trabajo de catalogación y análisis de piezas que se han realizado hasta ahora.

El lugar, que presentaba incluso restos de cerámica y terracota en superficie, ha estado también expuesto al expolio durante años. Desde buscadores de metal hasta la propia historia vilera han estado haciendo mella en el santuario, que fue abandonado cuando los romanos construyeron su nuevo foro. Desde entonces ha sido víctima del tiempo, el expolio y la reutilización de materiales. 

El templo como tal, que debía coronar la cima del Tossal, desapareció definitivamente con la construcción de la torre que sirvió de gabinete de estudio al afamado doctor vilero, José María Esquerdo, que en ese lugar privilegiado pudo concebir algunas de las ideas que le llevaron a ser el introductor de la neuro-psiquiatría y la terapia ocupacional en España . El proyecto para el santuario íbero del Tossal, a medio plazo, será musealizar la zona para ponerla en valor tras años de avatares.